El ámbito de la fisioterapia abarca mucho más allá de posibles dolencias que puedan afectar a la vida cotidiana de un individuo. Bajo nuestro punto de vista la fisioterapia ayuda a:
dolencias o lesiones a través de programas de fortalecimiento.
la calidad de vida de personas con problemas neurológicos o de la tercera edad.
al individuo para cirugías de cualquier índole o partos para asegurar una mejora en los tiempos de recuperación.
tras dichas intervenciones a la vida cotidiana o al deporte.
un buen estado de bienestar y una condición física óptima.
posibles dolencias o patologías que afecten al día a día.
El papel del fisioterapeuta cobra especial importancia a la hora de mantener un estado psicológico positivo durante la preparación, recuperación y readaptación de los pacientes.